Ya estamos en las vacaciones del verano. Aunque el viaje a la playa, unos 450 kms mas o menos, lo hicimos en el otro coche porque tiene muchísimo más maletero, por motivos laborales me tuve que volver al curro, y recoger a la familia al siguiente fin de semana.
En esta ocasión el recorrido lo hice en el peugeot 308, ya que la mayoría del equipaje lo habría traido en el primer retorno a casa. Es el primer recorrido de más de dos horas en carretera, a una velocidad mucho más alta que la habitual.
En primer lugar, los repostajes los hice sin esperar a que el depósito estuviera vacío. Hice tres repostajes, y al final, sumé los totales. La media que me daba el ordenador del coche era de 5.4 litros a los cien kilómetos. Era la media más baja desde que compré el coche. Y desde entonces, se está manteniendo este consumo.
Yo creo que al darle cera, el motor tuvo que sufrir algún tipo de ajuste que lo optimizó. Estuve viajando en autovía a una media de 140 kms/hora, a 2.900 rpm. Para muchos sea una cifra vulgar, pero para mi forma de conducir es bastante alta. Le hice picos de 150/160 kms/hora, durante casi una hora, llegando entonces a las 3.200 rpm y una sensación de control del coche excelente, sin apenas notar el ruido del motor, con potencia y agarre, y suavidad en la conduccion. En la subida de alguna cuesta pronunciada el coche respondía perfectamente. Y todo ello con el aire acondicionado puesto. El viaje duró casi cuatro horas y cuarto, contando las paradas y las retenciones en las carreteras costeras.
A la vuelta, ya con el coche lleno, la respuesta fue idéntica. En fin, una gozada.
