sábado, 31 de octubre de 2009

Capítulo 2: Primer destino, estación del AVE de Valdeluz

Vamos a hacer los primeros kilómetros al coche. Al volante, mi cuñado Jose Carlos. Le encantan los coches, así que le cedo el honor de ser el primero en estrenarlo.

La ruta fue desde el concesionario en Azuqueca, tomar la A-2 dirección Guadalajara, y desviarnos hasta el apeadero de la estación del AVE, en la Ciudad Valdeluz.





 

Tras llegar a la estación, nos paramos en el parking para hacernos unas fotos.






En el camino de vuelta a casa, conduje yo. El conducir un coche nuevo, después de tantos años con el viejo, supone una verdadera satisfacción que compensa el sacrificio de estar ahorrando para su compra.

Las primeras sensaciones fueron muy buenas. Notamos enseguida los 110 caballos cuando se pisaba un pelín el acelerador. Subir la Cuesta del Toro no le supuso ningún esfuerzo. Vimos que no hacía falta sobrepasar las 3.000 rpm para coger los 140 kms/h. El ruido del motor era muy ligero, no molestaba en absoluto. La conducción era cómoda, firme y con una sensación de fuerza y seguridad al volante.

La visibilidad con los espejos retrovisores y el retrovisor interior era buena, pero lo mejor era la amplitud de la luna delantera, enorme. Supongo que los que tengan el techo solar deben notar esa sensación muchísimo más acusada.

capitulo 1: ya tengo mi coche

Hoy sábado 31 de octubre de 2009, noche de Halloween, ya me han entregado mi coche en el concesionario. Yo tengo un peugeot 308.

Es el modelo Peugeot 308, 5 puertas, 1.6 c.c. HDI, 110 caballos, cambio manual de 5 velocidades, modelo sport, color rojo babilonia mealizado. No está mal, es bonito de diseño. De precio ajustado y consumo muy aceptable.
El seguro a todo riesgo sin franquicia en Pelayo me ha salido con un precio realmente bueno.



El numerito del coche, el impuesto de circulación sobre vehículos de tracción mecánica, en mi ciudad, me ha salido por 14,55 euros, una cantidad proporcional al periodo de tiempo hasta la próxima anualidad en abril del 2010.


El coche lo compré en el concesionario R., en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Gente muy amable. Casi todos mis primos y tíos han comprado allí su coche, y todos ellos están encantados.



Ese día estuve acompañado por mi cuñado Jose Carlos y mi hija Jimena, de 4 años. Entregué con el plan 2.000E mi antiguo Opel Astra 2.0 DI comford, con 216.000 kms y un montón de problemas electricos. Pero resulta que, al ir desmontando la sillita de niños del Astra, para ir a cololarla en el 308, Jimena no quería desprenderse de "su querido coche". Ella siempre ha viajado en él, y ahora sentía que lo iba a perder. Cogió una rabieta impresionante, y emprezó a patalear con el 308, y tirarse al suelo llorando desconsoladamente. "Mi coche... Mi coche...".



En fin, que no nos dejaba atender a las explicaciones del vendedor. Al cabo de media hora y alguna patada a las ruedas, se calmó y pudimos fijar la sillita a la parte de atrás... junto con un muñeco Nenuco y un horrosoro Mi Pequeño Pony de color naranja, mientras pisaba con sus botas la tapicería de los asientos traseros. Por lo menos, se limpian muy bien pasando la mano, no deja huella. Ya me está pidiendo las canciones de los lunnis, pero hasta que no se comporte en el coche, no pienso ponérselas.


Ya estamos dispuestos. Vemos el cuentakilómetos. Marca los 14 de fábrica. Atamos al fin a Jimena en la sillita. Tras coger las primeras nociones de los mandos, nos dirigimos a la gasolinera que está al lado. Llenamos el deposito. Cincuenta y siete litros de diesel. El depósito es de 50 litros mas 10 de reserva.


Le dejo a Jose Carlos que estrene el coche, coge los mandos y nos dirigimos a la A-2 dirección Guadalajara. Destino, la estación semiabandonada del AVE en Valdeluz.