A todos los niños les gusta cantar. Y en estas fechas, los villancicos es lo más apropiado.
Pero resulta que dentro de casa, con el micrófono del karaoke, es una locura. Mi mujer nos ha echado literalmente de casa por cantar, así que nos hemos ido al coche.
El resultado final fue que la tapicería del coche quedó totalmente pisada y sucia. Y una huella de zapato en el volante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario